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179 min
Drama
¿Es posible cruzar a Chéjov y Murakami? Ryûsuke Hamaguchi lo consigue en una de las experiencias cinematográficas más profundas del año. La cámara sigue a Yusuke Kafuku, un director teatral que acaba de vivir una tragedia personal. Totalmente desolado decideque trabajar puede ayudar a superar su trance. Para ello, acepta el encargo de dirigir la adaptación de 'Tío Vania' (1899) en un festival de Hiroshima. Para llegar allí, contratará un servicio de transporte en el que conocerá a Misaki, una tímida chófer que le llevará a la tristemente conocida urbe japonesa. Entre conversación y conversación, ambos irán estrechando lazos y, la vez, descubriendo recovecos dolorosos de su pasado reciente.
Escritores:
Ryûsuke Hamaguchi, Takamasa Oe. Historia: Haruki Murakami
Mi valoración global:
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Ryûsuke Hamaguchi es uno de los nombres propios del cine de 2021 y este título está acaparando premios en todos los festivales donde se presenta. Muestra de su poderío son las casi tres horas de metraje que ha empleado para desarrollar una historia sobre la confianza y la redención, en un guión que utiliza el teatro como amplificador de los sentimientos personales y un Saab rojo que se convierte en una máquina del tiempo muy particular.
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Todo parace fluir de forma elegante y sedosa en esta película, desde una onírica escena inicial que ya nos presenta de forma fantasmal a la esposa de Yusuke, cuya presencia sobrevolará de forma muy sutil entre prácticamente todos los fotogramas de la película, Nada parece fuera de lugar, cada plano encaja con cada mirada y con cada silencio, cada movimiento se hace a la medida y escala del espacio disponible: un gran escenario o el interior de un vehículo. Es fácil rendirse ante una forma tan singular de hacer cine, de forma similar a la que Yusuke cede y se deja llevar por las habilidades de Misaki, la extraña conductora que le han asignado. Y se vuelven a trastocar los roles entre un director de actores que deja en otras manos la dirección de lo que terminará siendo su propia representación.
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No es casualidad que el teatro sea omnipresente a lo largo de toda la película, una disciplina artística donde se valora la capacidad de interpretar a otra persona, de ocultarse a uno mismo para convertirse en el personaje que el director elige para cada uno. Casi de la misma forma que el pasado pretende hacer con cada uno de los protagonistas. Ni tampoco es casualidad el protagonismo del pulcro Saab rojo en cuyo interior parece alterarse el espacio-tiempo, el espacio que separa la vida real de la que nos toca interpretar, y el tiempo que no parece transcurrir gracias a unas cintas de cassete, evocaciones fantasmales de un pasado que parece tener atrapados a sus ocupantes.
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Mención final para unos diálogos tan sugerentes y llenos de silencios como dilatados hasta el infinito, que en determinados momentos llegan a poner a prueba la capacidad de atención del espectador, pudiendo llegar a provocar algún que otro bostezo entre los menos avezados a este particular planteamiento de hacer cine y que, hoy por hoy, parece un patrimonio casi exclusivo del cine oriental.
Lo mejor:
El acabado de la película donde todo está en su sitio perfectamente equilibrado, tanto el fondo como la forma, el continente y el contenido.
Lo peor:
Tres horas pueden llegar a ser excesivas con un ritmo tan pausado. Sirva como referencia que los títulos de crédito llegan a los 45 minutos del comienzo de la película.
Fecha de visionado:
06-01-2022