Uno de los mayores placeres de sentarse en una butaca de cine es dejarse llevar hasta escenarios lejanos donde protagonistas y personajes merodean de acuerdo a los caprichos de las tramas que fluyen por los rincones de cada localización. Este viaje virtual puede verse truncado cuando el espectador reconoce como propio un determinado escenario, ya que sus propias vivencias pueden interferir con las de la película; y el impacto siempre es mayor cuando es nuestra propia ciudad la que vemos en la pantalla. Seguir leyendo →
04
Feb
2014