No sería la primera vez que al intentar hacer una comedia de terror, el resultado sea un terror de comedia. Son dos géneros realmente difíciles de mezclar con buenos resultados, ya que los seguidores de cualquiera de ellos no suelen ser apasionarse en extremo por el otro; y esta mutua exclusión suele ser difícil de solventar de tal forma que más de una película ha perecido en el intento, aunque también nos ha quedado un buen puñado de ejemplos que demuestran que esta extraña mezcla puede generar algo positivo, desde el genial El jovencito Frankenstein hasta un referente más directo como puede ser Zombies Party.
16
May
2019